Otitis en gatos: causas y síntomas más frecuentes
Los gatos son mucho más parecidos a nosotros de lo que solemos pensar, e incluso tenemos algunas enfermedades comunes, como por ejemplo la otitis. Se produce por la inflamacióndel epitelio del oído y, aunque en la gran mayoría de los casos no reviste gravedad, es importante actuar con rapidez. De no hacerlo, podría provocar una pérdida de audición en los felinos.
Tipos de otitis
Se puede clasificar en tres grandes grupos:
- Externa: tal y como su propio nombre indica, afecta al oído externo. Es la más común y menos grave.
- Media: cuando la otitis externa no se trata de forma adecuada y/o a tiempo, puede dar lugar a una otitis media.
- Interna: y, por último, la más grave de las tres, la otitis interna. Debido a la profundidad donde se localiza la infección, el proceso de curación es más largo.
Causas de la otitis en gatos
Del mismo modo que ocurre con otras enfermedades de origen bacteriano, la otitis en gatos es más común en determinadas épocas del año. Se da generalmente en primavera o verano por el incremento de la humedad y de las temperaturas.
La inflamación del epitelio del oído también puede darse por una infección, un traumatismo o la presencia de cuerpos extraños.
¿Cuáles son los síntomas?
En el caso de la otitis externa, los síntomas que se dan comúnmente son los siguientes: rascado excesivo que puede hacer que el gato se sacuda la cabeza con intensidad, aparición de costras y heridas en la oreja y secreción con pus.
Si la otitis es media o interna, los síntomas son: el gato ladea la cabeza hacia el lado en el que está la infección y tiende a caminar en círculos.
Ante el más mínimo signo de alarma, es importante llevar al minino al veterinario para que le haga un chequeo. Si confirma que sufre de otitis y es externa, lo más importante es que la zona esté limpia. Hay que limpiar el oído afectado con suero fisiológico.
Por último, cabe señalar que la revisión de los oídos de forma regular es uno de los procedimientos más relevantes en el cuidado de un gato. Hay que limpiar sus oídos de manera periódica para eliminar el cerumen acumulado, siempre y cuando el veterinario dé su visto bueno. Para ello simplemente hay que utilizar una gasa esterilizada empapada en suero fisiológico.